No sé que pasa que cuando encontramos a alguien por la calle que hace mucho que no vemos nos da mucho alegría. Independientemente de lo que hayan representado en nuestra vida, cuando vemos a una vieja amiga o un viejo amigo, a un antiguo amor, a un antiguo profesor, siempre nos da la misma alegría y sientes lo mucho que añoras el tiempo en que conociste a esa persona, al menos, a mi me pasa.
Por ejemplo, cuando Arturo Pérez Reverte presentó en Jerez, El Caballero del Jubón Amarillo, ni que dudar tiene que ayí estaba yo (aficionada a hombres canallas), con el primer Alatriste, dispuesta a conseguir un autografo y una foto a como diese lugar. Y durante la charla que dió vislumbré un figura conocida, mi maestro del colegio, Don Alfredo( han pasado mil años y sigo diciéndole Don) y me dió tanta alegría verle. Él igual que siempre, yo con 22 años menos y aún así, me dijo "Hombre, señorita R., que de tiempo!" y derrepente me vi, con 6 años, aprendiendo a sumar y escuchando los cuentos que nos leía con una marioneta de Caponata, me veo con las 2 coletas y el polo blanco de cuello vuelto. Las veces que he visto a J. por la escuela( afortunadamente, han sido pocas) al principio me da un escalofrío, luego pena, pero al final me ha dado alegría verle, y hemos charlao y nos hemos besado y nos hemos despedido y me he visto, ruborizándome la primera vez que me miró, henchida de felicidad el día que me dedicó uno de sus espectáculos y la pena de verle irse. Mi próximo reencuentro será el 4 de noviembre, aunque no hace mucho que nos vimos, la alegría siempre es inmensa, porque solo hay buenos momentos y siempre necesitas momentos de esos para respirar.
2 comentarios:
Al final siempre te quedas con lo bueno. Bueno, al menos yo lo intento ;)
Por eso cuando ves a la gente recuerdas eso momentos antes que otros.
Un saludo.
P.D.- Me encanta Perez-Reverte :P
CARPE DIEM, a mi tambien me pasa muy a menudo, no sé porqué solemos pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Un saludo
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