No me había dado cuenta de lo que echaba de menos el gimnasio hasta que he vuelto. Si alguien que me conoce de siempre leyera esto se tiraría al suelo, porque siempre, siempre, he odiado el esfuerzo físico. Obvio que no he echado de menos el volver a casa a las 23.00, ni el cambiarme de ropa 3 veces al día, andar con mil tiestos y algún que otro olor. Pero echaba de menos el tener la mente en blanco y sólo seguir el ritmo de la música que sale a través de mis auriculares, el “rock star”, el “begging”, resonando bum, bum en mis oídos. Y aunque parezca mentira, echaba de menos eliminar toxinas, malos pensamientos y frustraciones y sentir como las máquinas hacen mover mis músculos. Es una sensación que me he dado cuenta, me gusta. Al finalizar, oír música más lenta y relajante mientras estiras músculos y tendones, relajar la espalda, ¡genial!. Además, a las horas que voy, es fantástica la calma con la que puedes tomar una ducha a una presión excelente para relajar todo tu cuerpo y llegar a casa. Si, llegar a casa, cenar, mirar el correo, leer e intentar dormir. Una experiencia “casi religiosa”.
PS.- Lo siento, el chiste no se ve muy bien pero la de verde dice: "Bien quierda y vos que querés? Tonificar, reducir, endurecer...? y la de blanco dice: " huir".
4 comentarios:
La verdad es que ademas de hacer que tu cuerpo este un poco mejor, tambien es una forma de, durante un rato, alejarte de los pensamientos de siempre :)
EEHHH TU QUIEN ERES Y QUE HAS HECHO CON MI GUSI!!!!!
Bueno, me alegro de que estés mejor. Mens sana in corpore sano. Respecto al chiste, creo que yo también querría huir... Para esas cosas yo soy más vaga...
Estoy pensando en la última hora en la que te quedas debajo de la ducha con el agua a presión fuerte, que relajadita; luego el llegar a casa cenar algo ligero, poco de tv y a domir como un angelillo...mmmm hace tanto que no me siento así. qué gustito. Ahora no lo dejes eh???
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