sábado, 7 de junio de 2008

CIUDADES Y LIBROS


¿No os ha ocurrido alguna vez que habéis visitado un lugar y al poco habéis leído un libro relacionado con ese lugar o viceversa? ¿No os pasa que veis el lugar de otra manera o leéis el libro con otros ojos?
A mí si me pasa. Me pasó con Bath y Persuasión (de Jane Austen), uno de mis favoritos, I must say, al igual que la ciudad. Para mi resulta mas sencillo imaginar el desarrollo de la trama cuando estas familiarizado con algo que menciona el libro. Me pasa con algunas calles de Madrid y las aventuras del Alatriste o con el Hotel Francia- Paris de la Pza de San Francisco en Cádiz donde se alojan los protagonistas de la Carta Esférica. En fin, que todo esto viene a que recientemente he estado en Barcelona. Debo decir que es una ciudad maravillosa al igual que sus gentes barceloneses o no. Todo el mundo me decía que era más bonito que Madrid, que tenía otro encanto, pero yo quería verlo con mis propios ojos. Y tengo que darles la razón a todas esas personas. Después ha resultado que me he leído La Catedral del Mar y ¡¡ mi imaginación ha volado!!. En primer lugar, decir que he sufrido mucho con ese libro, hasta ha habido momentos en los que alguna lágrima se ha escapado. ¡Qué crueldad de vida! Sobre todo para las mujeres, como no, y topando con la iglesia. Pero la mayoría de las calles que menciona el autor en el libro existen aún. Por supuesto, una de las visitas obligadas fue Santa Maria del Mar. Tiene un rosetón en su fachada principal que es una maravilla, claro que tampoco he visto yo muchos más, pero bueno, que una callecita desemboque en una placita pequeña donde te encuentras una maravilla gótica así, pues sobrecoge. Aunque claro, no es la única maravilla que tiene Barcelona. Desde ya me declaro ferviente admiradora de Gaudí. Me enamoré profundamente de la Casa Batlló, no solo por su decoración, sino por su disposición y el aprovechamiento de los espacios más insignificantes y por que no decirlo, por los dinteles de las puertas del salón. Pero también el Parque Güel lleno de vida y naturaleza en medio de una gran ciudad. La Sagrada Familia también me impresionó, sobre todo las puertas, grandes piezas de madera donde se había tallado desde la anunciación hasta la resurrección de Cristo en catalán. Pero además, Barcelona ha destacado en mi viaje por las sesiones culinarias de las que hemos disfrutado. En este viaje he probado por primera vez la comida japonesa en un restaurante detrás del Ayuntamiento que se llama Kynoto, rollo chillout, mezcla de bar de copas y restaurante donde ves como te preparan la comida. Camareros muy agradables. Probamos varios tipos de sushi, tempura de verduras y langostinos y un plato que no puedo recordar el nombre que consistía en fideos y láminas de atún seco que se movían con el aire caliente. Riquísimo. El tapeo, donde quieras, en la Puerta Ferrisa encontramos un sitio de tapas y bocadillos donde probamos la escalibada, en la calle Ferran, hay un restaurante, el Vildsvin, buenas ostras (según Esther), buen vino y buenos montaditos y por ultimo el Sagardi, una euskal taberna donde nos cayó una buena tormenta y donde no sabías por donde empezar. Gente muy agradable en todos lados. Una vez más se confirma la estupidez de los típicos tópicos de nuestras comunidades. Y no puedo dejar de recomendaros Can Manel, cerca de la Barceloneta, donde dimos buena cuenta de una extraordinario arroz negro con calamares. Aquí os dejo parte de mi visión de Barcelona y digo parte porque me dejo muchas cosas en el tintero. Merece la pena ir y también repetir.

3 comentarios:

amelche dijo...

Veo que, al final, has recuperado los comentarios. :-)

Me alegro de que te lo pasaras tan bien en Barcelona. Un abrazo:

Ana

Anónimo dijo...

Muchas gracias Bridget por dejarme un comentario en mi blog!

Anónimo dijo...

Te recomiendo sin duda alguna "Los Celtas. Cultura y Mitología", Ed. Evergreen. Encontrarás mucha mitología celta perfectamente resumida y bien explicada :)

Nos leemos,
Besos,
Luis Tolkien