Aquí estoy, empezando este post desde los asientos del aeropuerto, camino de casa, a las 21.33 horas. Mi vuelo va con 13 minutos de retraso de momentos…

Ya se han terminado mis vacaciones, mi semana de relax, aunque poco relax con los dos bichitos que me he encontrado en Greenvillage, pero ha sido divertido, como siempre. Además, hasta el momento en el que Dobby me ha dejado a las puertas del aeropuerto ha sido un viaje sin incidentes, no carente de anécdotas pero sin incidentes, ya van 2 de las mil veces que Dobby y yo nos hemos juntado.

(Rectifico, mi vuelo va con 1 hora de retraso, un pajarillo se ha colado en el motor del avión, santo cielo! )

Como siempre que me junto con Dobby y Sansón y su camada, me lo he pasado genial, me he reido mucho y me he olvidado de mis miserias diarias. Me he reído con las cosas de Sansón, que es un bendito por consentirnos y aguantarnos a las dos, porque siempre es generoso y predispuesto y porque el colega está sufriendo el proceso Clooney, jjrr ay omá! Me he reído con C2 y C3, porque están en la edad de aprendo mil cosas al día y mira como te copio. Porque no puedo con ese lenguaje que me usan y esa pasión por las galletas. Con mi cangrehito loco porque es un pequeño hombrecito, con una lista interminable de deseos y unas ocurrencias que a veces me dejan fuera de sitio. Y me he reído con Dobby porque está loca, me sigue el rollo y porque a veces, estamos sincronizadas( el “jrrr, ay omá que rico” sonó varias veces al unísono, sin ensayo previo durante la proyección de LAS películas, y provocando la risa general en el cine)en los momentos menos oportunos.

Aunque parezca que estoy loca, he disfrutado levantándome a las siete y media de la mañana, salvo cuando nos hemos quedado dormidas, jeje. Levantarme con el cangrehito y despedirle para el cole, sentarme en la cocina a charlar con Dobby aunque sea para contarme las cosas de sus niños, ver salir a cangrehito del cole y verlo correr hacia mí con una sonrisa en la boca y dispuesto a darme un beso y un abrazo, llevarlo a judo… He disfrutado con las pequeñas vampirillas, ver lo que han crecido, como se rien conmigo… He disfrutado como siempre de Dobby y de nuestras cosas, de esos momentos en centros comerciales, de esos momentos en el cine o en la cocina de su casa.

Con respecto a la peli en vo, mucho mejor, todas las frases recuperaron su sentido, los protagonistas recuperaron algo de intensidad y los “ detalles” ( llámese, jovencito con cuerpo escultural) fueron captados en todo su esplendor, en ¡todo su esplendor!

Ha sido una semana intensa pero memorable.