viernes, 21 de febrero de 2014

Otra educación si es posible.....

Llamadme ilusa, llamadme lo que queráis pero algo estamos haciendo mal con la educación de nuestros niños. Ya sé que yo de esto sé poco pero muchos han pasado por mis manos, a muchos he observado y esto no avanza. Desde que empecé el Máster mis profesores nos dicen que la realidad es otra pero que como todo hay que hacer todo lo posible por cambiarla. Si en este bendito país diésemos verdadera importancia a lo que realmente nos hace seres libre, pensadores y desarrollados, no estaríamos a la cola del mundo. Estaríamos mejor, viviríamos mejor y nos estafarían menos políticos y banqueros. La educación, el dejar que nuestros niños aprendan sin adoctrinarles, debería ser tan importante para nosotros como comer todos los días. Luchar por una escuela pública, libre, justa, gratuita e inclusiva, donde todos tengan lugar debería ser objetivo indispensable e ineludible para padres y profesores. Os dejo este documental, es un poco largo pero merece muchísimo la pena, al menos es un punto de partida para reflexionar sobre que otra educación es posible...


2 comentarios:

amelche dijo...

Creo que este vídeo lo vi hace tiempo. El problema de todo es que no se educa para tener ciudadanos libres que sepan pensar por sí mismos, porque a ningún gobierno le interesa eso. Y menos, a los banqueros y los dueños de las grandes empresas. Sólo interesamos como esclavos para producir y consumidores para consumir.

Por tanto, la escuela está dirigida a que aprendamos cosas "para encontrar un trabajo", no para ser personas independientes y libres, sino en función de qué interesa que sepamos. ¿Interesa que sepamos informática, inglés, matemáticas, castellano, religión (sobre todo)? Pues se da. No interesa que sepamos filosofía, música, latín, griego... pues se elimina del currículo.

Y así nos va.

Bridget dijo...

Sé que es cierto, lo sé, lo vivo cada día. Mi empresa no tiene empleados sino números. Pero nosotros dependemos de lo que salga de esas aulas y ya sé que es empresa casi imposible, pero todas las empresas casi imposibles empezaron así, con el intento de unos cuantos. Ellos, nosotros, su futuro, se merecen el esfuerzo y el intento. ¿Idealista? No para nada, tan sólo pienso en que esta no es la educación que quiero para Pablo e Irene, ni el mundo que se merecen y por el amor que les tengo, me merece la pena intentarlo hasta decir basta y como ya sabrás, no soy de las que me rindo fácilmente.