No sé si he comentado alguna vez que tengo la fea o rara costumbre de marcar en todos los libros que leo aquellos pasajes, párrafos o frases que me gustan, me recuerdan algo o me llaman la atención. Dos son los libros que tengo de Delibes y cero las marcas en sus libros.
Cinco horas con Mario me pareció un tanto superficial. Me harté de leer a una señora que sólo se quejaba de lo que no había tenido. Y eso que Lola Herrera consiguió engancharme en la versión teatral, pero, he descubierto que tengo problemas con "Las obras maestras". Ya me ha pasado con El Tartufo de Molière.
El camino, lo recuerdo con mucho cariño, me ha gustado ese libro cada una de las 3 veces que lo he leído. El Mochuelo, el Moñigo. La primera vez que lo leí fue en 1º de BUP, vamos lo que hoy equivaldría a 3º de ESO, sólo que nosotros aprendíamos y leíamos y soñábamos.
En fin, que Delibes no es de mis autores favoritos pero uno de sus libros siempre me recordará una de las mejores épocas de mi vida.
Os dejo el comienzo y os lo recomiendo.
" Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así. Daniel, el Mochuelo, desde el fondo de sus once años, lamentaba el curso de los acontecimientos, aunque lo acatara como una realidad inevitable y fatal. Después de todo, que su padre aspirara a hacer de él algo más que un quesero era un hecho que honraba a su padre. Pero por lo que a él afectaba...."