viernes, 25 de septiembre de 2009
LO TENÍA QUE CONTAR....
jueves, 24 de septiembre de 2009
Hoy hace diez años que aprobé el carné de conducir. ¡ Diez años, Dios mío! Y ya tenía ganas de renovarlo, ya, Sobre todo por la foto horrible que durante diez años he tenido que soportar ( aunque la nueva tampoco es fantástica). Así que mañana toca reconocimiento médico y papeleo.
¡Qué de cosas que han pasado en estos 10 años! Mi primer coche fue un Peugeot 205 en gris humo con motor 1900, diesel y con 20 años. ¡Ay, mi coche! Regalito de mi “Pa” `por mi santo en marzo del 2000 y que tuve hasta marzo del 2003. La primera vez que cogí yo solita mi coche para ir a dar clases a la academia de turno donde daba clases en el centro, me temblaban hasta las pestañas y con los nervios, se me olvidó echar el freno de mano, ¡menos mal que estaba en plano! Y ese verano...¡ qué verano! Todos los fines de semana, carretera arriba, carretera abajo de Jerez a Rota de marchita con mis amigas. También ese verano me hicieron mi primera y única prueba de alcoholemia a las siete de la mañana un domingo viniendo de Rota, prueba que superé, ya que las beodas venían en la parte trasera del coche.
Recuerdo el primer verano de Dobby en casa, en septiembre del 2001, en mi coche, a las siete de la tarde, el calor, en el centro, el calor, intentando aparcar en un lugar minúsculo para poder disfrutar de una crêp de crema y frutas en Los Reyes. Los viajes a Sanlúcar a comer en Balbino y comprar manzanilla en la Gitanilla. La brocheta kilométrica en “EL rey de la paella” en Valdelagrana. Recuerdo lo que lloré con mi primer porrazo, yo solita me cargué la puerta del acompañante con la verja automática de mi trabajo.
En febrero 2003 me compré el “rominscar”, bautizado así por mis amigos, un Clio azul, un 1200 que me ha dado muchos quebraderos de cabeza, me han robado 2 veces, con el tuve mi primer accidente. Un señor que se saltó un stop y me embistió por mi lado, destrozándome la puerta, dejándome sin coche casi todo el verano porque mi puerta la tenían que traer de Francia y ¡cómo está el correo en verano! ¡Qué calor pasó mi cangrehito su primer verano en casa!
Menos mal que hice caso a mi padre, menos mal que me animé a aprender a conducir porque es cuando más libre me siento. Me encanta conducir, a cualquier hora del día, preferiblemente de noche, sola, me gustan las largas distancias, los viajes a Córdoba, verdad Dobby?,
Voy a echar de menos mi viejo carné, pero le daré la bienvenida al nuevo. Y volveré a la carretera, mi coche, mi música, mis pensamientos y yo.