lunes, 1 de noviembre de 2010

HOLIDAY

De camino a casa, en el tren, vagón 1, oigo como un padre llama a su hija que se encuentra pasando el día de fiesta en Conil, la llama hija querida, cielo, y aunque al principio me parece un poco cursi, pedante, al despedirse le dice un “ que sepas que te queremos” y me ha dado como un pellizquito. A pesar de estar segura del amor de mi padre, nunca se despidió de mí de esa manera, siempre acaba con el “ten cuidao” y cuando llegaba a casa me rompía alguna costilla la abrazarme, pero no sé por qué, me ha dado como pena. Y eso que ya llevaba un poco, siempre me cuesta mares despedirme de Dobby, Sansón y los niños. Es como, perderme un montón de momentos, el Cangrehito está aprendiendo a leer y escribir, aprendiendo los planetas, empezando a tener deberes, las Winnies están aprendiendo canciones en el cole y un montón de cosas nuevas, y me encantaría que no me las contaran, pero vivo tan lejos. Además me pierdo un montón de buenos momentos con Dobby y Sansón. Sobre todo con Dobby, porque tenemos tantas cosas en común que no podemos compartir, pero no me voy a lamentar, quizás, de otra manera, no podría atesorar estos días que paso con ellos como ahora. Los circuitos por los centros comerciales, las carreras al colegio, los libros, las series, el gusto por las versiones originales, aunque sea en sueco y eso que todavía no la he hecho ver nada en japonés, jaja. En fin, que mis vacaciones en Madrid han dejado de tener contenido cultural para tenerlo exclusivamente sentimental. Lo más cerca que hemos estado de algo cultural ha sido una rápida visita a la Fnac y la Casa del Libro en busca de lectura. Pero, y eso es algo que tengo que agradecerle a Dobby, me ha dado el capricho de ir a comer al Sushi Club, en Callao. En un ambiente super “chilin chillo ut”, con camareros con mandil, que te sirven media copa de agua y luego te dejan tu botella de Solán de Cabras, con música suave, un local de lo más in y una comida nada despreciable. Buena tempura, delicioso sushi, un riqísimo wok de verduras, sepia y langostinos y unos más que mejorables postres, pero con un ambiente inmejorable. También tengo que decir que la compañía influye, y yo estaba bien acompañada, buena comida y buena charla, eso es todo lo que se necesita para una buena soirée. Pero lo que más me gusta de mis vacaciones es la risa. Mis días en “Mordor” (así es como Dobby denomina su casa”, siempre están llenos de ella y al fin y al cabo ¿quién necesita algo más? Yo no, reir con las niñas, con el Cangrehito, con las cosas de Sansón o las de Dobby y mía, de las cosas que nos pasan, nos pasaron y nos pasarán y de la vida misma. Por eso, Dobby, a pesar de que no hay paseos culturales por la Villa, ni almuerzos five stars, cenas de one star, ni otras cosas, nada importa, porque lo que aportáis es más importante. Thanks a lot por todo, hope see you all soon. Love you.

5 comentarios:

amelche dijo...

Si es que... ¿por qué los padres no muestran más sus sentimientos? Y, bueno, me alegro de que te lo hayas pasado bien en Mordor.

Bridget dijo...

Lo de los padres no tiene explicación, Ann. En Mordor, siempre lo paso bien, es como un balsamito.

Se pasea por mi balcooooon dijo...

Luego te escribo, voy a ponerle la bolsa de la aspiradola a la Willi que no sabe.
Un beso

Sauron dijo...

Estaba complicao lo de la aspiradora.... jajaja
Respecto a lo de los padres... no sé será algo generacional-cultural o que se yo, pero a mi me pasaba(y me pasa con mi madre).
Pero al reves tambien ocurre, no le decimos a nuestros padres lo que los queremos... No sé si te acordarás, pero yo si, cuando se puso tu padre malo lo primero que te dije por telefono fue que le dijeras cuanto le quieres, porque yo pasé por lo mismo unos años antes y aunque mi padre se fue sabiendo cuanto le queriamos a mi me quedó la pena de no decirselo.
Es algo que me dolió tanto, que tu sabes que yo a mis hijos les digo todos los dias que los quiero, y ellos a mi (bueno, las mosquitas no me lo dicen, pero espero que en cuanto sepan me lo digan).
Jlor, te dejo que nos vamos a Rivendel a montar en barca (te acuerdas cuando fuimos a retiro y casi colisionamos con unas americanas?).
Un besazo very very fat y hablamos esta noche.

Bridget dijo...

Sauron:¡cómo me has despistao mari!. Sabes quien refleja muy bien eso que nos ha pasado, Federicco Moccia en Perdona si te llamo amor, te lo pongo más tarde. Si, debe ser generacional lo de decir te quiero. Cuidao con las barcas, madre!! Que lo paseis muy bien. Anque seguro ya estareis en casa. Sitos