AL FINAL DEL CAMINO

Este fin de semana, ha sido un fin de semana bastante productivo y derrochador. Esta bien, es realmente sano, darse un capricho de vez en cuando.  El viernes y aprovechando que hacía tan buena noche.... hacía un frío terrible y llovía sin parar, nos fuimos al cine a quitarnos el estrés de la semana, pasando previamente por el Rock&Ribs y comernos un “parmesan sándwich”, Elegimos tras mucho deliberar, AL FINAL DEL CAMINO de Fernando Tejero y Malena Alterio. Tengo que decir que no es una gran película, no técnicamente al menos. No es de argumento elaborado, ni tiene grandes diálogos pero, a parte de contribuir al cine español, la elegimos porque teníamos ganas de reírnos un poco. Y lo lograron, con un humor ligero y fácil de asimilar.

El argumento: una periodista ( M.A.) y un fotógrafo mediocre (F.T.) que se van a hacer el Camino de Santiago para desenmascarar a un farsante que afirma arreglar tus problemas de pareja en 6 días y por 20mil€. Y al final ¡vaya que si lo hace!. Ya he dicho que no son grandes actuaciones pero la peli vale la pena. Y lo que más merece la pena son las localizaciones. Ver la película te provoca  hacer  el Camino de Santiago solo por ser testigo de esos paisajes tan hermosos. Y ya se sabe el triunfo del amor al final, por encima de cada piedra del Camino.

Hoy domingo, con eso de estar sola y tener toda la casa para mí, no he hecho otra cosa que leer, leer y leer. Al fin he terminado las 264 páginas de Sol de medianoche, la inacabada 6ª novela de Stephanie Meyer ( gracias Dobby, te hice caso y me descargué la versión en inglés, muchisísimo mejor) y he adelantado bastante mi lectura de Persuasión de Jane Austen, que tenía un poco dejada de lado. ¿ No os ha pasado alguna vez que habéis leído un primer libro de un autor y os habéis imaginado que todos los personajes van a tener características similares? Eso pasa con los personajes masculinos de Reverte, Arturo claro. Todos son hombres de pasado sombrío y atormentados en algún momento por una mujer. Sin embargo, Jane Austen, me dejó un poco “chof” con sus personajes, con sus heroínas. Cuando leí Orgullo y Prejuicio, pensé que todas sus heroínas serían como Miss Elisabeth Bennet, luego Darcy ( jeje) pero no es así. Las protagonistas de Sentido y Sensibilidad, Emma o Persuasión son tan distintas. La fuerza, la energía, la determinación de Lizzy Bennet nada tiene que ver con la apocopada, reflexiva y dulce Anne Elliot. De todas formas, sigue siendo una de mis escritoras favoritas. Que tengáis una muy buena semana